Comenzó otra edición de los Juegos Olímpicos y de nuevo los mejores atletas del planeta se reunieron para intentar batir los récords que les harán formar parte de la historia del deporte. Detrás de cada atleta hay severos entrenamientos para alcanzar un nivel extremo, que les hagan estar por encima de sus rivales.
Debido a este estilo de vida innumerables campeones terminan físicamente y psicológicamente destrozados por el ritmo infernal del calendario deportivo, lo que les obliga a seguir empujando los límites naturales del cuerpo humano. Ciclistas obligados a doparse, jugadores de hockey que se suicidan, jugadores de fútbol que sufren de demencia y cáncer.
Y es que al fin y al cabo, actualmente los deportistas se supeditan a las exigencias del mercado y a la ley del beneficio en Ligas, Juegos Olímpicos (Olimpiadas), Mundiales, Eurocopas, etc. Más entrenamientos, más competiciones, y sobre todo más victorias para complacer a sus seguidores, a sus directivas y a sus patrocinadores, convirtiéndose en algo que no tiene mucho que ver con el deporte.
Aún así existe superhombres que realizan desafíos imposibles alejados de los focos de la televisión y de los vítores de los hinchas, tales como:
- El esloveno Martin Strel tardó dos meses en nadar el río Amazonas (6.400 km) a una media de 94 kilómetros diarios entre cocodrilos, pirañas, tiburones, serpientes y remolinos.
- La escritora estadounidense Diana Nyad fue de Cuba a Florida sin jaula de tiburones. Llevaba un traje integral de licra, una máscara de silicona para protegerse la cara de las picaduras de medusa y una ligera corriente eléctrica alrededor del cuerpo para mantener alejados a los tiburones. 177 kilómetros en 52 horas. minutos y 18 segundos.
- El activista británico Lewis Pugh hizo la prirnera de larga distancia del Polo Norte para denunciar los efectos del cambio climático
¿Quiénes son los auténticos deportistas y los verdaderos campeones?
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